La difusión de un clip en plataformas digitales ha generado indignación. En el material se observa a un equino fallecer presuntamente por extenuación durante una ruta ecuestre, tras ser obligado a laborar a pesar de encontrarse enfermo. Este suceso ha sido condenado por activistas protectores de animales y figuras políticas, quienes se oponen a este tipo de eventos marcados por el abuso de bebidas alcohólicas y la crueldad hacia los animales.
El video, que circula ampliamente en internet, muestra al caballo en una vía pública, presuntamente desplomado y al parecer abandonado por su propietario.
“Se observa la sangre que emanó del animal, y aun así lo forzaron a continuar herido. ¿Dónde están las autoridades? ¿Dónde quienes prometieron supervisar estas cabalgatas?”, cuestionó un testigo que decidió hacer pública la situación de maltrato presenciado en festividades del municipio de San Gil, departamento de Santander, Colombia.
Repudio en la esfera digital
Tras la divulgación del video del equino sin vida al borde de una carretera en San Gil, numerosos internautas en X (anteriormente Twitter) expresaron su desaprobación y exigieron a las autoridades poner fin a estas prácticas:
“Las cabalgatas son sinónimo de maltrato animal. ¡El pasatiempo predilecto de ciertos grupos! Es evidente que el componente cultural se mezcla con drogas, alcohol, vejación y riñas… y eso es solo una fracción de lo que ocurre”, “Hubiera sido preferible que el que estuviera ebrio muriera en lugar del inocente animal”, “La gente que asiste a las cabalgatas suele ser de una mentalidad cerrada, con aspiraciones falsas y aficionada a la música popular. No se puede esperar mucho de individuos así, tan vulgares y corrientes”, y “Aguardemos a los que carecen de intelecto para argumentar que esto es patrimonio cultural y ancestral”, son algunos de los comentarios compartidos.
El representante a la cámara por Santander, Danovis Lozano, también publicó dos grabaciones relacionadas con este lamentable suceso en su perfil de X, solicitando a la Fiscalía General de la Nación identificar y capturar a los culpables de la muerte del caballo, argumentando que “no debe quedar impune”.
“Este pobre equino encontró su fin en la deplorable cabalgata de San Gil, Santander. En medio de excesos etílicos, altercados y crueldad, abandonado y sin vida al borde del camino, así concluyó el trágico destino de este caballo que fue obligado a participar en dicho evento”, manifestó.
