El aroma dulce y evocador del azahar inunda la Ciudad de México, marcando el inicio de la celebración del Día de Muertos. Mientras los altares se adornan en los hogares y espacios públicos, el pan de muerto, una delicia culinaria emblemática de esta época, vive un momento de gran popularidad y renovación.
Este pan es mucho más que un simple dulce. Investigadores del INAH y académicos de la UNAM señalan que sus raíces se hunden en la antigüedad prehispánica. Algunas teorías lo vinculan con el “papalotlaxcalli”, un pan de amaranto que se ofrecía a la deidad Cihuapipiltin. La conquista española introdujo variaciones, incorporando ingredientes como el trigo, el azúcar y el azahar, lo que llevó a la versión que disfrutamos hoy.
La forma circular del pan simboliza el ciclo vital entre la vida y la muerte. La pequeña esfera en la cima representa la cabeza, mientras que las bandas entrelazadas (conocidas como “canillas”) aluden a los huesos. Si se disponen en forma de cruz, remiten a los puntos cardinales o a las lágrimas de quienes lamentan una pérdida. Es un manjar sagrado destinado a honrar y dar la bienvenida a las almas que regresan.
Un lugar emblemático para degustar pan de muerto recién hecho
La panadería y cafetería Corazón de México, situada en la zona norte de la capital, específicamente en la alcaldía Azcapotzalco, se ha convertido en un destino clave. Su oferta fusiona la tradición ancestral con paladares modernos, presentando un pan de muerto relleno de camote morado y queso mascarpone.
Corazón de México, reconocido por su café de alta calidad, honra la tradición con su oferta estacional. Sus hornos, que comienzan su labor al amanecer, producen el pan tradicional: una textura suave, enriquecida con mantequilla y el sutil perfume cítrico del azahar.
Sin embargo, su propuesta más innovadora se manifiesta en tres variedades rellenas que han cautivado al público y a los medios. La presentación destacada y preferida por la casa es una audaz reinterpretación inspirada en la milpa: el pan de muerto cubierto con cenizas de totomoxtle. El totomoxtle, que son las hojas secas del maíz, se tuesta hasta convertirse en ceniza comestible, confiriéndole a la masa un tono oscuro, casi negro, que evoca una atmósfera mística, muy afín al simbolismo del inframundo.
Este pan de tonalidad oscura esconde en su interior un relleno que evoca sabores auténticos de México: la dulzura del camote morado maridada con la delicadeza del queso mascarpone. El camote, un tubérculo originario y consumido desde épocas ancestrales, aporta una dulzura natural y un color vivo que contrasta notablemente con la corteza de ceniza. El mascarpone, por su parte, ofrece un contrapunto lácteo y una ligereza que equilibra la intensidad del camote.
Ubicación de Corazón de México Café | MAPA
Corazón de México ofrece una exquisita combinación de camote morado, fresas con crema de pistache y maracuyá con mascarpone. Para visitarlo, la dirección es Antigua Calzada de Guadalupe 408, Santa Catarina, Alcaldía Azcapotzalco, 02250 Ciudad de México, CDMX.

