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El movimiento incesante de la migración

IOSEPHUS
8 Lectura mins.

Por Wilfrido Carrillo Benítez

La trayectoria humana ha sido siempre dinámica. Desde los orígenes africanos hasta los traslados contemporáneos por razones económicas, políticas o ambientales, la movilidad ha sido un catalizador de nuestra evolución, trascendiendo la mera supervivencia. Cada desplazamiento hacia lo desconocido ha esculpido la configuración de nuestra civilización actual.

Los albores de la movilidad

Mucho antes de la noción de fronteras o documentos de identidad, el ser humano ya era un explorador. La estimación antropológica sugiere que hace más de 70,000 años, pequeños clanes de cazadores-recolectores se aventuraron fuera del continente africano en busca de sustento. Estos periplos, impulsados por el instinto, sentaron las bases para la diversificación de lenguajes, culturas y modos de vida.

El acto de desplazarse generó creación. Los encuentros entre distintas comunidades propiciaron fusiones, la adopción de deidades comunes y el desarrollo de estrategias de subsistencia. De estas antiguas migraciones surgieron núcleos urbanos, civilizaciones y un acervo de conocimientos que hoy integran nuestro patrimonio colectivo.

Como subraya la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el movimiento de personas constituye un proceso inherente y continuo que ha modelado la evolución social, cultural y económica del planeta (OIM, 2024).

La diáspora contemporánea: un faro de aspiración

En el siglo XXI, si bien las motivaciones para partir han mutado, la aspiración fundamental permanece intacta: la búsqueda de una vida mejor. Según el Anuario de Migración y Remesas 2023 de BBVA Research, actualmente más de 281 millones de individuos residen fuera de sus naciones de origen, lo que representa un 3.6% de la población global (BBVA Research, 2023).

Las rutas migratorias actuales exhiben una dualidad marcada por el temor, la esperanza, la incertidumbre y la resiliencia. Cada año, incontables personas atraviesan océanos, desiertos y selvas, como el transitado Tapón del Darién, que en 2023 registró un número sin precedentes de más de 520,000 migrantes en travesía irregular, elevando la cifra récord para la región (OIM, 2024).

La movilidad se ha transformado en una respuesta a coyunturas adversas y, a la vez, en una expresión de fe en el porvenir.

El relato de María: la fortaleza de un nuevo comienzo

Detrás de cada estadística, reside una vivencia personal. María contaba con apenas trece años cuando, junto a su familia, abandonó Venezuela. La decisión no fue voluntaria, sino impuesta por la necesidad.

“No deseaba marcharme del país. La circunstancia que atravesábamos nos obligó. En aquel entonces, no comprendía el motivo, solo sabía que era por mi futuro”, rememora.

Su periplo encapsula las emociones de millones al dejar atrás su hogar: la desorientación, el pavor y la ilusión.

“La mayor dificultad fue la soledad. En Venezuela tenía un círculo amplio de amistades, y aquí, me encontraba completamente sola. Hubo un período en que no pude continuar mis estudios debido a los trámites de regularización, lo cual fue desalentador. Sin embargo, con el tiempo, me ajusté, conocí personas amables y empecé a sentirme parte de este entorno.”

María también evoca los choques culturales del día a día:

“El idioma no representó un obstáculo, pero la gastronomía sí. En Venezuela no se consume comida picante, y aquí, es un ingrediente común. Fue una adaptación significativa.”


Hoy, aquella joven que emigró cursa estudios universitarios y mira al pasado con agradecimiento:

“He experimentado un gran desarrollo personal aquí. Completé la educación secundaria, preparatoria, estudios técnicos y ahora mi carrera universitaria. Este país me brindó oportunidades que no estaban disponibles allá.”

Su experiencia ejemplifica la esencia de la movilidad humana: la capacidad de amoldarse, perseverar y reconstruir.

Emigrar es progresar

Las migraciones actuales no solo se explican por conflictos bélicos o escasez de alimentos, sino también por la búsqueda de oportunidades educativas, laborales y de seguridad. México, tradicionalmente un país de tránsito, se ha convertido también en un receptor: en 2024, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) registró más de 140,000 solicitudes de asilo, predominantemente de naciones centro y sudamericanas (COMAR, 2024).

Estas cifras no solo denotan una necesidad apremiante, sino también una manifestación de confianza. Quien emigra deposita en una tierra ajena la esperanza de un futuro más prometedor, y con su llegada, enriquece el panorama cultural, gastronómico y social.

Por consiguiente, migrar no se limita a trasladarse; implica compartir, transformar y evolucionar. La huella que deja la movilidad

El impacto de la migración trasciende la mera contabilización de cifras o la demarcación de fronteras. Se manifiesta en las conexiones humanas forjadas por el encuentro intercultural. Las lenguas se entrelazan, las tradiciones se resignifican y las sociedades se nutren.

Al igual que los primeros homínidos moldearon el mundo a través de sus desplazamientos, las migraciones actuales continúan impulsando el progreso global. Las remesas, por ejemplo, constituyen un flujo económico fundamental: tan solo en México, superaron los 63 mil millones de dólares en 2023, fortaleciendo innumerables comunidades locales (El País, 2025).

Como expresó el célebre periodista Ryszard Kapuscinski, “los viajes nos enseñan más sobre los demás, pero sobre todo, nos enseñan sobre nosotros mismos.” Cada migrante es un reflejo de la historia de la humanidad: una crónica en constante movimiento.

La emigración es una prolongación del espíritu humano. Representa una forma de desplazamiento que va más allá de lo físico: nos movemos de ideas, de mentalidades, de barreras intangibles.

Desde las antiguas caravanas hasta los modernos vuelos comerciales, la movilidad ha sido el motor que impulsa nuestro desarrollo. Donde alguien decide emprender un nuevo rumbo, germina la posibilidad de un renacer.

En la actualidad, continuamos nuestro andar —de una urbe a otra, de una nación a otra, de un pensamiento a otro— recordando que el futuro no se aguarda pasivamente: se conquista, paso a paso.

Referencias:

BBVA Research. (2023). Anuario de Migración y Remesas México 2023. s-2023/

Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). (2024). Informe anual 2024.

El País. (2025, 1 de octubre). Las remesas vuelven a caer: los envíos de dinero a México se desploman 8,3 % en agosto. os-de-dinero-a-mexico-se-desploman-83-en-agosto.html

Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2024). Estadísticas migratorias México 2023.

Pérez, M. (2025, 6 de octubre). Entrevista personal: Testimonio sobre migración [Archivo de audio]. Entrevista realizada por Wilfrido Carrillo Benítez

Kapuscinski, R. (2007). Viajes con Heródoto. Editorial Anagrama.

OdL

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