El mandatario estadounidense, Donald Trump, comunicó el jueves 23 de octubre la suspensión inmediata de toda negociación comercial con Canadá. Esta decisión responde a un anuncio televisivo difundido por la nación vecina, que, según Trump, distorsiona la realidad sobre los gravámenes impuestos por Estados Unidos. El presidente calificó dicho material de “conducta detestable”, argumentando que busca influir en el sistema judicial del país.
Las declaraciones de Trump en plataformas digitales surgieron tras el anuncio del primer ministro canadiense, Mark Carney, sobre la estrategia de su gobierno para duplicar las exportaciones a mercados distintos a Estados Unidos, como medida ante la incertidumbre generada por los aranceles de Trump. El abrupto cese de las conversaciones por parte del líder estadounidense podría intensificar la ya prolongada tensión comercial entre ambas naciones, la cual se ha incrementado en los últimos meses.
“La Fundación Ronald Reagan acaba de notificar que Canadá ha empleado de forma engañosa un anuncio falso donde se oye a Ronald Reagan criticando los aranceles”, afirmó Donald Trump en su comunicado.
Impacto del cese de relaciones entre EE.UU. y Canadá y sus consecuencias para México
Anteriormente, la Fundación e Instituto Presidencial Ronald Reagan había expresado en la red social X (anteriormente Twitter) su objeción a un spot publicitario del gobierno de Ontario, señalando que este “tergiversa el ‘Discurso Radiofónico Presidencial a la Nación sobre Comercio Libre y Justo’ del 25 de abril de 1987″.
Hasta el momento, la oficina de Carney no ha emitido comentarios. El primer ministro tenía programado iniciar un viaje a una cumbre en Asia el viernes, mientras que Trump emprendería su vuelo esa misma noche. Los aranceles estadounidenses han afectado significativamente al sector automotriz canadiense, especialmente en Ontario, donde Stellantis recientemente anunció el traslado de una línea de producción a Illinois.
La relación comercial entre Estados Unidos y Canadá es una de las más robustas a nivel mundial, con un volumen de transacciones anuales superior a los 700 mil millones de dólares. Ambas naciones, junto con México, integran el T-MEC, un acuerdo que rige las dinámicas de exportación, inversión y condiciones laborales en Norteamérica. Esto pone en riesgo tanto a empresas como a trabajadores.

