Aproximadamente el diez por ciento de la población sufre de problemas intestinales crónicos, lo que repercute negativamente en su vida diaria. No obstante, un nuevo conjunto de directrices médicas propone una estrategia sencilla y al alcance de todos para mejorar esta condición: consumir varias porciones de fruta diariamente, con especial énfasis en los kiwis, como una medida inicial antes de considerar exclusivamente la ingesta de fibra o probióticos.
Soluciones para la dificultad de evacuación
La Dra. Eirini Dimidi, investigadora principal del estudio y catedrática de ciencias de la nutrición en el King’s College de Londres (KCL), señala que las personas pueden experimentar hasta treinta síntomas distintos relacionados con la falta de movimiento intestinal. El nuevo protocolo sugiere que la estrategia más efectiva es priorizar el consumo de frutas y líquidos, en lugar de enfocarse en los probióticos más recientes disponibles en el mercado o en aumentar indiscriminadamente la ingesta de diversos tipos de fibra.

La recomendación consiste en ingerir dos o tres kiwis a lo largo del día, o bien entre 8 y 10 ciruelas pasas, para aliviar el estreñimiento. La fruta contribuye a aumentar el volumen de las heces y a incrementar la cantidad de líquido en el intestino, lo que facilita el tránsito intestinal y disminuye el esfuerzo durante la defecación. Las ciruelas pasas, combinadas con un poco de pan de centeno, pueden potenciar este efecto. El kiwi, incluso sin su cáscara, conserva sus beneficios, aunque se aconseja mantenerla para aprovechar todas sus propiedades.
Las directrices también subrayan la relevancia del agua mineralizada, especialmente aquella rica en magnesio, como un complemento dietético. Optar por agua mineral en lugar de agua del grifo y, si es necesario, incorporar suplementos de óxido de magnesio puede mitigar la distensión abdominal, el dolor y favorecer las deposiciones. Los especialistas aclaran que si bien los probióticos pueden ser beneficiosos para algunos individuos, la evidencia científica sobre la eficacia de muchas cepas comerciales es todavía limitada.

Conclusión
La nueva guía pone de manifiesto que las soluciones para el tránsito intestinal lento pueden ser sencillas y accesibles: alimentos como el kiwi, las ciruelas pasas, el pan de centeno y el agua mineral pueden marcar una diferencia significativa antes de recurrir a suplementos o métodos más complejos. Este enfoque demuestra que las modificaciones dietéticas diarias, respaldadas por evidencia científica, no solo alivian los síntomas, sino que también promueven el bienestar general, recordándonos que la alimentación puede ser el pilar fundamental para el cuidado de la salud digestiva.

