La Cruz Roja Mexicana ha movilizado 25 toneladas de asistencia humanitaria hacia Veracruz, respondiendo a las graves inundaciones desencadenadas por precipitaciones intensas y el desbordamiento de afluentes como el río Cazones. La carga, originaria del Centro Nacional de Acopio en Toluca, será administrada por 88 voluntarios en las áreas más impactadas.
Esta operación de socorro incluye el despliegue de ambulancias, embarcaciones y equipos de rescate urbano, en colaboración estrecha con Protección Civil. Paralelamente, se han establecido puntos de recolección de donaciones en Veracruz, Xalapa y Orizaba, dirigidos a receptar alimentos, artículos de limpieza y productos de higiene personal para las familias afectadas.
Carlos Freaner Figueroa, presidente Nacional de la Cruz Roja Mexicana, describió la devastación causada por el desborde del río Cazones como “sobrecogedora e inimaginable”. El cauce arrasó con edificaciones, comercios y vías urbanas en Poza Rica, dejando la ciudad cubierta de lodo y a incontables familias sin hogar ni posesiones.
La fuerza del río Cazones provocó un nivel de destrucción que raramente se observa, incluso ante huracanes de gran magnitud. Arrojó vehículos contra árboles y devastó casas, centros comerciales y concesionarios. La magnitud de este evento fluvial es asombrosa”, comentó Freaner tras su inspección en Poza Rica.
En una conversación para El Referente de la Noche con Javier Solórzano, transmitido por Heraldo Televisión, el líder de la Cruz Roja enfatizó el carácter “feroz y repentino” del fenómeno natural. Su desbordamiento, con una potencia inusual, impactó Poza Rica de forma contundente, generando daños generalizados.
Actualmente, precisó, 12 barrios sufren consecuencias catastróficas, con zonas sumidas en lodo que en algunos puntos alcanza niveles considerables, incluso “por encima de las rodillas”.
Extensa destrucción y asistencia humanitaria
Freaner Figueroa confirmó que incluso las instalaciones locales de la Cruz Roja Mexicana resultaron inoperativas, tras ser inundadas por agua que superó los dos metros de altura, afectando también las propiedades vecinas. La prioridad, según explicó, ha sido proveer alimentos y cuidados médicos básicos a la población.
Hemos distribuido 130 toneladas de ayuda humanitaria, consistente en provisiones, kits de aseo personal y elementos de limpieza para el hogar. Si bien es cierto, muchos domicilios son prácticamente irrecuperables en cuanto a su estado de limpieza”, indicó Carlos Freaner.
Adicionalmente, los equipos de emergencia de la organización han proporcionado asistencia médica inicial a individuos con lesiones leves provocadas por escombros y objetos punzantes.
Freaner Figueroa adelantó que la Cruz Roja continuará con la entrega de suministros y artículos de primera necesidad. Se prevé el envío de más de mil colchones en el transcurso de la semana, atendiendo la apremiante carencia de lugares adecuados para pernoctar por parte de las familias afectadas.
El presidente de la Cruz Roja describió un panorama desolador: calles obstruidas por mobiliario destrozado, electrodomésticos inutilizados y volúmenes masivos de residuos acumulados en el exterior de las residencias.
Cada vivienda ha sacado sus desechos a la calle: muebles, enseres. Todo ha sido perdido. La higiene pública exige una rápida limpieza de la urbe”, advirtió.
Freaner resaltó la intervención del Ejército y las Fuerzas Armadas en las tareas de limpieza y saneamiento en las zonas más dañadas. No obstante, señaló el riesgo inminente de una crisis sanitaria debido a la acumulación de desperdicios y lodo.
Resiliencia y espíritu de solidaridad
A pesar de la magnitud del desastre, el líder reconoció la entereza y el comportamiento ordenado de la comunidad ante la adversidad.
Observamos colas de hasta tres mil personas esperando asistencia, y todas mostraron una actitud serena y respetuosa. La nobleza de la gente de Veracruz nos ha impresionado profundamente”, manifestó Carlos Freaner.
Freaner comunicó la expansión de la red de puntos de recolección de la Cruz Roja. Ahora operan no solo en Veracruz (incluyendo Xalapa, Úrsulo Galván y el puerto), sino también en Puebla, Hidalgo y el Estado de México, con el objetivo de canalizar mayores recursos hacia las comunidades damnificadas.

