<p>La historia de <strong>Amityville</strong> es una de las narrativas que más temor ha infundido en el imaginario popular, invocando instantáneamente la imagen de una casona de estilo colonial holandés adornada con dos aberturas que parecen miradas siniestras. Los sucesos acaecidos en ese lugar superan cualquier expectativa, incluso para quienes están familiarizados con lo sobrenatural.</p>
La escalofriante serie de películas inspirada en este perturbador episodio diabólico, que abarca más de una docena de producciones, se origina en un trágico suceso real y una presunta posesión por entidades de otra dimensión que trascendió las fronteras, convirtiéndose en un acontecimiento de alcance mundial.
La tragedia de la familia DeFeo
El verdadero horror dio inicio en las primeras horas del 13 de noviembre de 1974 en la residencia situada en el número 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Long Island, Nueva York. En este apacible entorno suburbano, Ronald “Butch” DeFeo Jr., de 23 años, perpetró el asesinato de sus padres, Ronald DeFeo Sr. y Louise, junto con sus cuatro hermanos menores, a quienes disparó mientras dormían. DeFeo Jr. fue declarado culpable de los homicidios, pero las verdaderas causas detrás de la masacre continúan siendo objeto de especulación, a pesar de sus posteriores afirmaciones de haber sido “impulsado por voces” para cometer los crímenes.

Un año después de los sucesos, la propiedad fue adquirida por George y Kathy Lutz a un precio considerablemente inferior al de mercado. La familia Lutz se instaló en diciembre de 1975, pero su permanencia fue efímera, durando apenas 28 días. Según su testimonio, recogido en el exitoso libro de Jay Anson, *The Amityville Horror*, la casa estaba habitada por una presencia maligna.
Los integrantes de la familia reportaron una serie de fenómenos anómalos que incluyeron aromas desagradables, la aparición de manchas oscuras, fluctuaciones extremas de temperatura y el desplazamiento de objetos. También describieron la manifestación de una entidad con ojos carmesí y presenciaron episodios de levitación por parte de Kathy.
La familia Lutz abandonó la propiedad de forma abrupta, dejando atrás todas sus pertenencias. Aunque su relato siempre ha sido objeto de escepticismo, con muchos considerándolo una invención con fines económicos, el mito ya se había consolidado. La primera adaptación cinematográfica, *The Amityville Horror*, se basó directamente en la obra de Anson y estableció la casa como un emblema del género de terror.
¿Qué pasó con la residencia de los hechos?
Para la decepción de los más curiosos, la edificación original en el 112 de Ocean Avenue ya no se asemeja a su representación en las producciones cinematográficas. Tras la notoriedad adquirida por la franquicia, los sucesivos dueños optaron por alterar significativamente su aspecto y, de manera crucial, su ubicación registrada.
La casa fue sometida a reformas, y sus características ventanas semicirculares, que parecían “ojos”, fueron modificadas. Adicionalmente, la dirección oficial se cambió en varias ocasiones con el fin de disuadir a los visitantes y a los entusiastas de lo paranormal. La propiedad, situada originalmente en la localidad de Amityville, Long Island, Nueva York, sigue siendo una vivienda particular.
La Maldición de Amityville está disponible en Netflix, accesible mediante el pago de la suscripción. Si bien existen otras producciones cinematográficas sobre el mismo tema, esta fue la que inicialmente capturó la atención, narrando los eventos que dieron pie a la famosa leyenda.
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