En México, es común debatir si el papel de baño debe ir en la taza del inodoro o en el cesto de basura. Esta duda ha prevalecido por mucho tiempo.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha intervenido para aclarar esta controversia con directrices claras. Tradicionalmente, la gente optaba por tirar el papel usado en cubos de basura, bajo la suposición de que hacerlo en el inodoro podría causar bloqueos en las tuberías.

No obstante, esta práctica no está exenta de desventajas. Los recipientes de basura pueden convertirse en focos de infección si no se gestionan adecuadamente, y los olores desagradables son una queja frecuente. Por otro lado, quienes prefieren arrojar el papel al inodoro lo ven como una alternativa más limpia y práctica, evitando la acumulación de desechos en casa y reduciendo así el riesgo de propagación de gérmenes y malos olores.
La alternativa más sanitaria según Profeco
Para resolver esta inquietud, la Profeco ha revisado investigaciones y ha consultado a especialistas en salubridad y ecología. La institución, a través de su Revista del Consumidor de enero de 2025, es enfática: el papel higiénico está diseñado para descomponerse rápidamente al entrar en contacto con el agua, minimizando así la posibilidad de atascos en las redes de drenaje. De hecho, desecharlo en el inodoro es la norma en numerosas naciones avanzadas.
Este consejo se basa en el hecho de que el papel higiénico moderno se elabora a partir de celulosa y está formulado para desintegrarse con facilidad en las tuberías. La Profeco incluso realiza pruebas para determinar cuánto tiempo tarda una hoja de papel en disolverse en agua.

Finalmente, la Profeco ha emitido una directriz oficial: el destino adecuado para el papel higiénico es la taza del inodoro. Para disminuir riesgos a la salud, los expertos aconsejan desechar el papel usado directamente en el retrete y asegurarse de que sea arrastrado por el agua. Esto ayuda a confinar y eliminar los patógenos de forma segura, limitando su dispersión en el entorno.

