La temporada festiva de 2025 introduce un nuevo estilo visual que se distancia de los esquemas de color habituales. El rojo y el verde, que solían ser emblemáticos de la celebración, ceden su lugar a una gama más sutil y adaptable, enfocada en la sofisticación moderna y la ecología.
Los expertos en diseño de interiores observan una disminución en la popularidad de los colores vibrantes y saturados en favor de tonalidades perennes, que permiten mantener las decoraciones a lo largo del tiempo sin perder vigencia. Esta transformación se debe a un doble objetivo: fomentar la sostenibilidad y adoptar un enfoque estético más pulido y duradero.
Las tonalidades que marcarán tendencia en las fiestas
Los tonos predominantes en las decoraciones de este año están inspirados en la naturaleza y la tranquilidad. Se prevé una mayor presencia de colores neutros, como el blanco roto, el beige y el gris, complementados con acabados metálicos delicados como el dorado, el cobre y el plateado. Esta combinación busca crear una atmósfera armónica que mantenga el ambiente festivo sin abrumar el espacio.
Además, se observará un aumento en la popularidad de los tonos rosa palo, verde menta y azul cielo, colores que evocan calma y frescura. Su atractivo radica en su versatilidad para integrarse en la decoración del hogar incluso después de las celebraciones, promoviendo un consumo más consciente y un estilo menos pasajero.
Este cambio en la paleta de colores refleja una tendencia global hacia la decoración sostenible. Cada vez son más los hogares que optan por materiales reciclados, adornos duraderos y diseños minimalistas, evitando el exceso y priorizando la reutilización. Este enfoque responde no solo a consideraciones estéticas, sino también a preocupaciones ambientales, ya que el uso de elementos atemporales reduce el desperdicio y fomenta hábitos de consumo más responsables.
